Depresión y Trastornos del Ánimo
Posiblemente llegaste a esta página porque:
Has notado cambios en tu ánimo (ej. tristeza persistente, aplanamiento emocional, irritabilidad o inestabilidad) que interfieren con tus actividades normales.
Te sientes pesado, lento o con poca energía, lo que te dificulta las tareas cotidianas.
Has dejado de disfrutar o sentir interés por cosas que solían gustarte.
Te sientes vacío, desmotivado, desesperanzado o pesimista sobre el futuro.
Tienes dificultades para enfocarte, concentrarte o pensar con claridad a un punto que interfiere con tus compromisos o relaciones.
Tienes pensamientos frecuentes sobre lastimarte, la muerte o morirte (si en este momento estás teniendo pensamientos suicidas, por favor cuéntale a alguien de tu confianza, anda al servicio de urgencias más cercano, o llama a una línea de crisis y emergencias).
Sea como sea que llegaste hasta aquí, me alegra que lo hicieras. Continúa leyendo para ver si mi atención en depresión y trastornos del ánimo podría ayudarte.
Todos nos sentimos tristes, irritables o mal genio de vez en cuando. Sin embargo, cambios persistentes o severos en tu estado anímico—ya sea hacia el polo triste/irritable o una alternación entre la depresión y la euforia—podrían estar indicando un trastorno del ánimo.
Es posible que debido a desajustes anímicos te sientas:
Ajeno a tí mismo, como si estuvieras perdiendo la persona que solías ser o como que no sabes quién eres más allá de la volatilidad de tus emociones.
Bombardeado por pensamientos dolorosamente negativos que dicen que eres una carga, inútil o que no tienes valor.
Avergonzado o culpable por tu incapacidad para desempeñarte como te gustaría, lo que te lleva a cuestionar tus capacidades.
Aislado de tu familia, amigos o colegas, a fin de guardar energía emocional/mental, proteger a otros de tus síntomas, o evitar sus cuestionamientos.
Quebrado o pesado al punto de preguntarte cuánto tiempo más puedes seguir así.
Si te sientes identificado, probablemente necesites un espacio para sentir tus emociones, explorar y sanar las partes dolorosas de tu experiencia, y construir una vida que valga la pena vivir.
Acojo tus fragilidades sin juicios, creo firmemente en tu potencial, y juntos podemos trabajar para:
Suavizar tu dolor para que el día a día comience a sentirse más llevadero.
Identificar los eventos que desencadenaron cambios en tu estado de ánimo y encontrar formas para cambiarlos, adaptarte a ellos o aceptarlos.
Desarrollar habilidades de afrontamiento y resolución de problemas para manejar tus síntomas actuales y desafíos futuros.
Reconocer y cambiar los pensamientos y conductas que te mantienen sintiéndote incapaz o desesperanzado.
Recuperar tu sentido de valor, placer y control.
Conectarte con un propósito que vaya más allá de la mera supervivencia y de un sentido a tu recuperación y futuro.